Thursday, August 12, 2010



Vuelta otra vez a la red



Sabáticas vacaciones éstas, de las que tras dos largos años largos de trashumancia entre crisis y crisis e intentando concluir un viejo guión iniciado sobre el 2001, cuando aún trabajaba en la desaparecida Vía Digital leyendo al día de dos a tres guiones de otros "escribiastas" -y siempre valorándolos con benevolencia, para no añadir aún más dificultades a la financiación que la empresa iba a invertir en la realización de la futura película.
Este viejo guión no es otro que el del propio DRÁCULA, y cuando comencé con él, sólo mi admirada ANNA RICE, había conseguido abrir la primera rendija moda de este tipo de homúnculos con su excelente "Entrevista al Vampiro", y que yo concluí a finales del 2009, cuando ya el mercado audiovisual se ha asfixiado de todo tipo de vampiros y demás seres hematófagos y noctívagos.

“Memoria

de

Drácula”

Un Guión de VLAD TEPES “DRÁCULA” y JUAN A. CADENAS

“Desconozco si Dios existe, pero sería mejor para su reputación que no existiera”

(Jules Renard)

R E F L E X I O N E S DE UN

VAMPIRO

EN TORNO A LO IMPROCEDENTE DE LA EXISTENCIA DEL TIEMPO.

Yo, Vladislaus Tepes, el “DRÁCULA” genuino, alias “DRAGO”, “DRACO“ e incluso DRÁGULA”; quien no ha cesado de preguntarse a lo largo de este deslavazado discurrir de su existencia si lo eterno, lo “sintiempo”, lo infinitamente instantáneo, sería susceptible de poder ser asimilado por la inteligencia humana mediante algún tipo de código o método transcriptivo.

No he cesado de preguntarme si esta sustancia de lo perpetuo y lo extemporáneo, de lo infinito, podría ser descodificada, para que utilizando instrumentos propios de lo temporal y cronogénico pudiera ser transcriptible a las estructuras de lo “sucesividad”, delo discontinuo y fragmentario?.

Sabiéndome en la frontera de la impotencia para la resolución de semejante problema, deduzco que es la propia racionalidad heredada de los humanos la que me incapacita a vislumbrar las condiciones idóneas con las que significarme y reaccionar frente a este asunto.

Porque ¿cómo llegar a vislumbrar si me hallo ahito, indigestado de haberme vivido tan inconmensurable ración de eternidad o, por el contrario, si lo que en verdad anhelo es volver a reinstaurarme dentro del marco de mi congénita configuración de superviviente de la perpetuo; o lo que es igual, alcanzar a ser nuevamente poseedor de la perennidad de mi anterior existencia vampira y su aparejada inmortalidad?

Y, en todo caso, rechazando de plano mi acreditación de ente mortal. Mortal, desde luego, pero de cuya mortalidad paradójicamente nunca he cesado de ser asalariado e inmemorial sicario.

En tanto vagabundeé por ella –es decir, incardinado a esta constitución de loperenne, de lo sinfín- todo se me daba simultáneamente, desligado de cualquier otra vinculación previa o de toda postergación, ajeno a toda pre-meditación y posteridad. Exento, pues,de lo causo-efectivo, todo se configuraba existencialmente espontáneo, de manera omnisciente. Aligual también que lo intuido: de modo instantáneo, automático, innato, eternamente presencial… Así que mi constitución de criatura ilimitada e indefinida carecía de cualquier conexión con lo intelectivo humano y al aprendizaje o a la propia comprensión de la existencia y la vida, cuyos anclajes sólo lo eran para el funcionamiento de los propios sistemas de conformación “secuencial”, sintagmática, “sucesiva”... En este sentido, pués, mi estructuración biogenética no precisaba de competencia para el discernimiento de lo temporal, ni se halló nunca estructurada para poder proporcionarme idea ni imagen alguna sobre el tiempo, sobre el paso del tiempo, sobre mi propio decurso (discurrir) dentro del mismo ni de ninguna otra impresión o cosa que en él poseyera pertinencia. De Vampiro, pasado, futuro y presente jamás se me presentaron aislados, independientes entre sí, y, por lo tanto, la reflexión sobre cualquiera de ellos por separado no pasaba de ser sino una simple contradicción o una fútil virtualidad. En consecuencia, revertían arbitrario y absurdo y, por consiguiente, infundado el proceso de la memoria (humana)... Por mi parte, como vampiro y, en tal sentido, susceptible de poder sólo desenvolverme en los parámetros de un tiempo infinito –es decir, compacto e inerte- me hallaba en condiciones de poder corroborar que, en realidad, y al carecer de pasado así como de los otros dos segmentos de la diacronicidad o sucesividad temporal, mi perfil no podía identificarse sino como el de un ser dispensado de memoria, biológicamente exonerado de la misma: un amnésico genético absoluto. Por eso, ante esta privación (ausencia) de memoria, solicito excusas de mis espectadores por no hallarme facultado para haber conseguido estructurar y articular con un mínimo de orden el deslavazado discurrir de mi curriculum espectral. En todo caso, he procurado dejar lo más explícita posible la vinculación entre mí mismo y mi relación con los diferentes pasajes de mi biografía. Naturalmente me refiero a los pasajes que he logrado disociar y aislar mediante una traducción diacrónica, si a todas luces deficiente, parece aceptable en buena medida para la comprensión de los humanos.

Por otro lado, y como al hallarme desprovisto también del sentido de la posteridad, de lo que los humanos designan como futuro, también me hallaba privado de toda posible memoria de futuro, de cualquier capacidad de predicción o vaticinio, de toda facultad deductiva. Sólo era susceptible de existir anclado a la pura instantaneidad, que es lo que, en definitiva, me mantenía sujeto a laexclusividad de la “omnipresencia”, y de todo el entramado de las demás facultades y poderes.

Aunque observado hoy desde la desgraciada perspectiva a que me ha condenado la grave afección que padezco, debo confesar que mi actual existencia se ha transmutado en la más mezquina sucesión de acontecimientos; una vida desprovista del perfil paradigmático que configura la inmortalidad proporcionada por la biogenética vampira. Así pues, y tal y como también para los humanos lo es, semejante “sinvivir” ha terminado por convertírseme en aterrador… Aunque, eso sí, debo reconocer que, a cambio, ha dejado de serme lo rotundamente claustrofóbica y aburrida que se me hizo durante aquella interminable y redundante eternidad>>

Deambulando errático por el vacío que en su tiempo ocupó la ex-moderna Valaquia (NOD) actual, contemporáneamente desaparecida con el resto de las demás habitaciones yenseres del planeta, a causa del ya para siempre irrecuperable cosmos que se llevó la última deflagración nuclear, desde la nada infinita, os saluda, aunque extenuado, atento y cordial, el dtr. Vlady Tepes jr., ex-voiboda que fue de la prodigiosa y metapsíquica Transilvania. .juan a. cadenas ywlady drácula

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