EL "SEXSO" DE LA IGLESIA
¡Joder! qué golferío el de esta Iglesia capaz de ocultar durante más de 40 o 50 años los gravísimos crímenes cometidos sin el menor escrúpulo por un abundante número de sus miembros, con el fin de conseguir exculpar y sobreseer sus gravísimos delitos a través de una prevaricadora dilación de los plazos legales para lograr que sean sobreseídos.
Este prostíbulo religioso habitado por purpúreas y negras sotanas que es esta Santa Congregación de la pederastia, así como de otros no menos mortales delitos: económicos, de mafias y sicarios, los de torturas y los derivados del quinto mandamiento, gentuza que llegó al despropósito de cometer el presunto asesinato del bondadoso e indefenso papa Juan. Que dios no lo tenga en su gloria, porque no se merece ya que nadeie sabe lo que debe haber y acontecer por allí.
¡Joder, que vergüenza la de esta secta de la sábana santa y la mano negra, la del negocio de los conventos, históricamente colmados de violaciones y la correspondiente abundancia y patrocinio de abortos producto directo de la actividad de los lujuriosos folladores conventuales y eclesiásticos, que hoy sin embargo tan abiertamente criminalizan estos tíos.
Aunque, en definitiva, basta con echar una ligera ojeada a las biografías históricas de los disolutos y pervertidos obispos de Roma para caer en la cuenta del magnífico modelo de iniquidad de la calaña de esta corporación de criminales, violadores, pederastas y ladrones. Asombra el paralelismo de estas inconfesables y envilecidas existencias al compararlas con las mencionadas por el gran historiador romano Cayo Suetonio Tranquilo en su célebre “Historia de los doce Césares”, que se dirían santos al lado de la canalla de esta cloaca.
Yo creo en todo caso que la satánica conducta de los Césares fue acreedora de un cierto corazón que, cuando menos, les hubiera permitido un mínimo grado de arrepentimiento con la indemnización de sus víctimas. No como éstos falderos, incapaces de un polvo de conciencia que les remuerda, que se auto-absuelven a ellos mismos y únicamente perdonan sus propios delitos capitales.
¿A qué espera esta sicópata asociación religiosa para democratizarse de una puta vez y empezar a dar ejemplo de virtud -como su jefe, al parecer, la dio-, así como a vivir de su trabajo y no de las asignaciones y regalías con que nuestro manirroto estado nacional los mantiene a costa de la usurpación de de un buen bocado de las pensiones de todos los españolistos y españotontos, de cuya miseria nos despoja? ¿Quién hostias cotiza las pensiones de los curas? ¿Quién hostias, además, les paga sus salarios durante toda la vida a estos holgazanes de la banda de dios? Creo que estoy hasta los huevos de tanta injusta simonía para que la disfruten estos privilegiados ciudadanos comedores de nuestro pan, bebedores de nuestro vino y usurpadores y violadores de nuestro sexo.
Pero que me perdonen los extraordinarios curas obreros, las maravillosas monjas -estas chicas religiosas- cooperadoras en la abolición de la pobreza, y toda esa gente misionera que se juega la vida ayudando a esos pueblos misérrimos, cuya hambre hemos generado y reproducimos día a día en esta jodida cagada de política que vamos engendrando sin fin, como la puta derecha que todos somos , y con la que lamentablemente todos continuamos colaborando a fin de mantener sin tregua esta puta mierda de mundo insolidario que hemos delineado. ¡Y lo más jodido, este incomprensible Jesucristo en el que tantos creen, que sigue sin levantar la cabeza...! ¡Joder!
(Siguientes Artículos)
2 Asignaciones del Estado a la Iglesia
3 Vidas Ejemplares: la de los Papas
4 La Cruzada de los Niños.
