Sunday, October 31, 2010





SELECCIÓN DEL LIBRO
"NUEVOS POEMAS DE CARTÓN"
de JUAN ANTONIO CADENAS



LABERINTO

Si no me recuerdas sobrevolando
peligrosamente
las deleznables simas de tu corazón,
deberías hacerme una craneotomía
y succionarme de un sorbo
la masa cerebral.

Si sólo estás capacitada para resucitar tus propios intereses
y acontecimientos,
rescíndeme de tí.

Si no me puedes concebir
al margen de tu apariencia
ni acreditar aptitudes
para estimarme en mi propia condición,
vomítame.

Si en este laberinto indescifrable
(que has materializado
aglutinándonos a los dos en sólo uno)
no sabes subsistir,
¡joder,
defécame!.




SIN CORAZÓN

Me guarde el azar del corazón del tiempo,
porque, como el destino,
carece el tiempo
de corazón.

Desde que me empeciné
en comprenderlo y ensayarlo
comenzaron
para mí
las torturas
y calamidades.

Ni me ha precedido
ni me sucederá,
se halla a solas conmigo
y sólo a mí me pertenece.
Es la atmósfera nociva de todas las cámaras de gas,
el proteico escolta
que habrá de asesinarme
por la espalda,
la metáfora imposible de dios
y la certeza de toda incertidumbre.

Aunque he de confesar
que con el tiempo comparto
el entrañable calendario del monje capuchino
que con su cerda de crin de caballo,
sin ser un milagro,
oculta en su placenta cerebral
todo el tesoro mágico
de la remota alquimia,
¡y es el único adversario
capaz de hacerle frente a dios!




ESPECIE TERMINAL
(En homenaje a nuestros remotos parientes antropófagos de Atapuerca)

No ha habido sino una sola guerra…
recurrente, interminable…
eterna.
Precede a los ancestros de la especie,
a nuestros primeros simios parentales,
a los fraternos caníbales de la depredación.

No importan Caín ni Abel.
Abel,
el reaccionario buen pastor,
la incuba criminal en su integrismo cobarde.

Y Tubal Caín, el herrero
(el guerrero,
el guerrillero,
el revolucionario,
el inventor
de la primera alquimia científica,
el sabio y codicioso agricultor
que la imagina,
la ensaya, la ejecuta y la practica.
Cabel” y “Aín”,
los delirantes sardanápalos de la especie
homicínida”.

La guerra configura nuestros genes
desde el instante mismo de estallar el big bang.
Reglada por códigos divinos,
matemáticos, precisos...
se sucede en nuestros remotos ácidos
de tiempo:
felices portadores del horror

Se reproduce insoslayable como el sexo,
como la vida, se hereda,
perpetuándose en la procreación.
Y se transmite como el sida,
contagiando a nuestra especie sin medida
de la más pavorosa y mezquina
dimensión.

Sin guerra,
el disparatado género humano
se hallaría en proceso de extinción.


Friday, October 22, 2010


FACHADOLID DE MI CORAZÓN,
ME MATAS, TRONCO...

Juan A. Cadenas



Este jodido criadero de ultras que no cesa.



¡Ay, mi querido urbe castellana! ¿Quién es este cobarde alcalde del pueblo de una buena parte de mis ancestros y de las raíces de mi vieja sangre judía, y jodía al tiempo, al que tengo que volver a abominar otra puta vez más para denostar a la injusticia fascista de siempre? Mi amada pucela, de la que tanto he gozado y tan intensamente, dime ¿quién cojones te castiga haciéndote acreedora de esa criminal ideología ultra. Pero, vamos a ver, quien coño ha nombrado a este vejestorio, a este deteriorado cristiano inquisitorial, a tan semejante descerebrado y adulador torquemada, quien le ha nombrado burgomaestre del enamorado pueblo matriz de mis antepasados?. ¿Qué valentía de cagón se necesita para ofender sin causa alguna a una joven y generosa diputada, a través de un lenguaje perverso y soez pleno de inquina, en el que subyace una patente violencia de género que para cualquier otro sujeto sería merecedor de una patente condena de cárcel, aunque no para uno de estos chorizos de la palabra pronunciada de modo tan machista y carca, pero eso sí, protegido y escondido detrás de la ilegítima indemnidad de su cargo. A este tío deberían los jueces condenarlo al alejamiento de unos cientos de kilómetros de todas las mujeres de mi ancestral pueblo castellano para evitarles graves problemas. Me refiero a mis queridas y deliciosas niñas de Fachadolid, a las que en compensación de su honor mancillado dedico este articulicastro (escrito él mismo en análogo e imperdonable estilo y tono con el que insultó su alcalde a Leyre Pajín)
¡Joder tío, qué fáciles y tópicos resultan esos para tí tan queridos ingeniosos chistes de pajas y condones! ¿eh, ceporro? Ni Zorrilla hubiera podido conseguir ripios más deleznables que los tuyos en sus momentos de más intensa lucidez hortera.
¡Pero, jodío, con lo carroza que eres! ¡Por qué no te metes con la gente de tu edad, miedica! ¡Y sobre todo con los de tu género masculino número singular!
¡Eres peor que Jehová, tronco!



Sunday, October 10, 2010














¡NO A LA PENA DE MUERTE!
¡Nos basta con esta pena de vida!