¡QUÉ  BERGÜENZA, con "b"!

¡Joder con la princesita! Es increíble de todo punto la vergüenza que nos está haciendo pasar negando lo evidente ayudada por unas cuantas de las más altas Instituciones del Estado, que se diría fueran de su  propiedad. Al parecer sólo a nosotros, los hombre-bobos de a pié, nos abochorna la abundancia de mentiras y delitos que se empecinan en hacernos tragar. A la guapa infantita, sólo decirla que no se presenta ella por voluntad propia sino forzada por los acontecimientos jurídicos y la pura y dura -y nunca mejor dicho- persuasión de Roca. Es una simple precisión.

Al  Príncipe le deseo   que prosiga con su discreta conducta personal y política  -intachable hasta ahora, al menos-  y sea capaz de evitar caer en esta trampa basura de la  corrupción.que entre todos se vienen repartiendo. Y  en todo caso no citaré identidades de la corporación de delincuentes y socios de paraísos fiscales puesto que hasta el más lerdo y analfabeto borrico del país, las conocen al dedillo. 

Inmundicias éstas, por otro lado que a nadie le preocupan lo más mínimo,  dado que todos sin excepción se hallan instalados  en este criminal paquete de mierda. Así que es obvio que no vale la pena proseguir con el presente tema de  landrues  y  monipodios, so pena de que nos importe un testículo o los dos exponernos a ser salpicados por la mencionada carroña fermentada en la pocilga nacional celtíbérica que no cesan de producir y manufacturar todos estos prósperos depredadores de guante negro. Relevantes por ser incapaces de distinguir si los coches donde acomodan sus culos son de alta gama o simples y puros seiscientos o biscuters.

¡Menuda tropa, tío! -al menos ellos mismos a sí se denominan.

Caenan Penan, Uanete