Conciertos, Concertinas y Desconciertos
Pues
nada nuevo que decir por parte de Tristón “el Ministro”, “el de las concertinas”, que se pregunta el muy
trasto, el muy sieso (por ser generoso con él en los epítetos): que ¿por qué si a todos los propietarios de
edificios, de empresas y negocios y propiedades privadas en
general les está permitido adquirir
estos vergonzantes y salvajes y artilugios e instalarlos en sus ricas moradas a
fin de protegerse de cacos y maleantes, y por el contrario, el estado no
pudiera disfrutar de análogos derechos
al uso del brutal “acordeón”?
¡Hay que ver cómo andan en estos tiempos las fachas y
luminosas cabezas gobernantes! Si su excelentísimo.,
excelso y excélicer contenido craneal no concibe que son uds precisamente los
responsables de que las tales personas y empresas privadas no tengan
prohibido el uso de tan mortífera arma multicuchillas cuyos chafarotes
provocan tales gravísimas lesiones tanto en los humanos
de color como de blanco y negro –insisto
por la desidia de uds
mismos- más vale olvidar el tema. Aunque a pesar de todo no cesarán uds
de proseguir justificándose en su autoridad reincidiendo en la medida.
¡Desgobierno
de España!
CAENAN PENAN
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